lunes, 6 de octubre de 2008

Humilde Elegía

Y pensando en la vida, pienso también en la muerte, claro. En la tuya, y en lo injusta que casi siempre es, como en tu caso lo fue. Y en esa maldita enfermedad que ni detectada "a tiempo" fue capaz de parar. Pienso en que a penas te conocía, no nos dio tiempo a mucho ese mal que ha sido el tuyo y el de todos los que te querían. Unos cuantos cumpleaños, Reyes, y demás reuniones familiares, algún email con datos para hacerme un favor, unos bombones en esta casa desde la que ahora pienso tanto -qué alegría que la conocieras- ... No mucho, como te decía, pero más que suficiente para cogerte tanto cariño. Conectamos fácilmente, cuando me echaste la primera mano para salir de la siempre delicada situación "presentación familia", y cuánto te lo agradecí en ese momento. Pienso en tu carácter alegre y extrovertido, en tu vitalidad y fuerza para seguir hablando y sonriendo, incluso, en los últimos momentos. Y pienso en el hueco tan inmenso que has dejado en tu marido, en tus hijos, en tus hermanas, cuñados y sobrinos. Y en todos tus amigos. Y pienso en R., que aún no ha vuelto a ser el mismo. Ya sabes que es parco en palabras para expresar sentimientos, pero se le apagó un pedacito de alegría el día que te fuiste, y no sé si será capaz de recuperarlo algún día. No han sido buenos tiempos para él, en realidad para ninguno, pero desde mi humilde posición intentaré hacer lo que pueda para que no cese la alegría, aún echándote de menos. Las personas afrontamos la muerte de nuestros seres queridos de muy diversas maneras. La procesión va por dentro, en silencio, en la mayoría de ellos, como si hablar de ello fuera a hacerlo más doloroso de lo que ya es. Quizás también para hacer fuertes con la técnica de la distracción a los que más lo necesitan: tus hijos. Pero es que yo soy extraña, y he sido siempre más de llorar y hablar, hablar sin parar. Por eso, te debía unas líneas, porque es mi modo de recordarte en voz alta, y de hacerte saber lo mucho que me acuerdo de ti, Yesu. Descansa en paz, allá donde estés.