jueves, 20 de agosto de 2009

Pongo un circo y me crecen los enanos.

Tal cual. Ya no es cosa mía. Cierto que tengo un carácter complicado y algo inestable, vale, pero con los años he ido poniendo a prueba mi fortaleza, mi aguante físico-mental ante las adversidades, y toda mi capacidad de supervivencia. Miento, no he sido yo la que lo ha puesto a prueba, sino la vida, y las malditas circunstancias, que decía aquél. Pero el caso es que ya he aprendido eso de que lo que no te mata te hace más fuerte, blablabla. Ya no me ahogo facilmente en vasos de agua, y he aprendido a equilibrar mi negatividad con altas dosis de vitalidad y optimismo, pese a todo. Y de esperanza, eso también. Entonces... ¿entonces qué coño pasa? ¿dónde se meten las buenas noticias? Y, lo más importante, ¿por qué todo es tan jodidamente complicado? Sí, cuando las cosas van mal, siempre pueden ir peor.

Quizás el día que todo se desmorone, el sol me sorprenda cagándome en dios con las bragas por las rodillas.



martes, 18 de agosto de 2009

Desaparecer

Y al final no es que regresara de verdad, es que ni siquiera volví a aparecer. Hasta hoy. Será esa tendencia mía a pensar que, a veces, lo mejor es desaparecer. Irse, volar, convertirse en invisible... y volver a empezar. Creo que la crisis anual de Septiembre se ha adelantado este año. Será porque Agosto no es buen mes para estar en Madrid, y menos con estas temperaturas en las que sólo respirar ya cansa. Y sin playa. Ummm, mi reino por una playa, vuelta y vuelta. Y desierta, a poder ser. Para desaparecer. Y vuelta al principio. Con la cabeza llena de pájaros dando vueltas... Supongo que andaré por aquí pero, ya digo, es sólo un suponer. Para no desaparecer del todo. Todo a medias, como siempre, ni pa´lante ni pa´tras, sólo vuelta. De costado y del revés.