jueves, 24 de junio de 2010

La canción de las noches... sin tabaco


Ya no extraño los cigarros chungos, esos que necesitabas en un ataque de pánico, ansiedad, ira... en un ataque, vaya, del tipo que fuera. Ahora sólo echo de menos los cigarros buenos, que ya es algo. Esos que se disfrutan como nunca rodeada de gente maravillosa, mientras tomas un vino o una caña en cualquier terraza, teniendo una agradable conversación. O ese que enciendes, por qué no, cuando durante un instante se apaga la pasión. También el de la playa, mirando la preciosa y melancólica puesta de sol, o el del coche mientras conduces dejándo todo atrás. Por supuesto, el de los conciertos de las noches de verano, mientras cantas, medio asfixiada, tu canción favorita.

De todo esto fui más consciente que nunca hace un par de días, mientras cerraba las cuadraturas del círculo de mi vida sabinera: 18 años desde mi primer concierto, volvíamos Sabina y yo a encontrarnos en Las Ventas "en el que, probablemente, fuera su último paseíllo allí". Emoción a flor de piel durante las 3 horas de Princesa, Quién me ha robado el mes de Abril, La del pirata cojo, Amor se llama el juego, Y sin embargo, Tiramisú de limón, Medias negras, Ganas de, Peor para el sol, Pacto entre caballeros, Peces de ciudad, Contigo ... Emoción a flor de piel durante las 3 horas más impresionates de los últimos tiempos... y yo sin un cigarro que llevarme a la boca.

Y así fue, sin querer, como me vi envuelta en todos estos pensamientos, mientras sonaban los últimos acordes de Noches de boda, y a mi casi me resbalaban las lagrimillas por la mejilla.

En verano es mucho más difícil ser ex-fumadora.

lunes, 21 de junio de 2010

VERANO

Por fin. Ya casi puedo escuchar a Bebe dando vueltas una y otra vez en el coche "... las curvas de la carretera, me invitan a viajar...", mientras voy camino de la Provenza con las chicas . Ya casi puedo escuchar las protestas de unas, las risas de otras, las bromas de todas... Puedo, incluso, escuchar ya el mar si me esfuerzo un poco, porque no hay nada como desear mucho las cosas para lograrlas.

Noches de vino y rosas vendrán pero, mientras, tendremos que distraernos de este Marte, o Saturno, o quien quiera que diablos sea. Las cuadraturas no inoportunarán más mi día a día una vez pase San Juan, me han dicho, así que hasta esa mágica noche, habrá que resistir. A la sombra de un león resurgido, en compañía de "El sexo que tienes en la cabeza" (no sólo de metáforas vive el hombre...), con un millón de besos contigo.

Sonrisas bajo la sombra de la luna, luz de soleadas mañanas y noches a claras y a oscuras. Tras un frío y duro, durísimo, invierno, podemos darle la bienvenida al verano. Por fin.