jueves, 20 de agosto de 2009

Pongo un circo y me crecen los enanos.

Tal cual. Ya no es cosa mía. Cierto que tengo un carácter complicado y algo inestable, vale, pero con los años he ido poniendo a prueba mi fortaleza, mi aguante físico-mental ante las adversidades, y toda mi capacidad de supervivencia. Miento, no he sido yo la que lo ha puesto a prueba, sino la vida, y las malditas circunstancias, que decía aquél. Pero el caso es que ya he aprendido eso de que lo que no te mata te hace más fuerte, blablabla. Ya no me ahogo facilmente en vasos de agua, y he aprendido a equilibrar mi negatividad con altas dosis de vitalidad y optimismo, pese a todo. Y de esperanza, eso también. Entonces... ¿entonces qué coño pasa? ¿dónde se meten las buenas noticias? Y, lo más importante, ¿por qué todo es tan jodidamente complicado? Sí, cuando las cosas van mal, siempre pueden ir peor.

Quizás el día que todo se desmorone, el sol me sorprenda cagándome en dios con las bragas por las rodillas.



2 comentarios:

Mr.Celofan dijo...

Hay gente a la que le resulta imposible ser feliz. Espero que no sea tu caso.

Un saludo.

Carmen dijo...

yo no sé si lo mío es cosa de los años, de las circunstancias, o del instinto de supervivencia... el caso es que soy cada día más simple. ¿Qué digo simple? Soy una BÁSICA. Y puestos a filtrar, chata, me quedo sólo con lo bueno.

un besote niña, que agosto se acaba ya, y en septiembre, a renovarse, a cambiar la piel, como las serpientessss .)