miércoles, 19 de noviembre de 2008

Desgaste

Me he comprado una crema antiarrugas. Perdón, en realidad es una crema contra los primeros signos de envejecimiento y arrugas de expresión. No es que suene mucho mejor, pero suena distinto. Yo, que siempre he sido muy precoz para todo, tal vez esté adentrándome de lleno en la crisis de los 30. O simplemente sea que el desmoronamiento vital es inminente y no se me ha ocurrido nada mejor que solucionarlo con una crema. Cuando no existen soluciones reales, mejor consolarse con lo que sí está a nuestro alcance.





2 comentarios:

la nena dijo...

Mejor prevenir que curar...

profe dijo...

la crisis de los treinta yo las pasé a los veintiocho, mira, una cosa hecha!