El trabajo mata la creatividad. Personalmente, no es que haya sido nunca muy prolífica, pero de un tiempo a esta parte, desde luego, cada vez menos. Practicamente nada. He perdido la costumbre de escribir: en el blog, en la libreta de cine, en las servilletas de los bares... ni siquiera suelo llevar ya el cuaderno en el bolso.
Hace unos días paseaba por las céntricas y lluviosas calles de Madrid cuando, de repente, me sentí super inspirada. Nada me apetecía más que regresar a casa y escribir lo que había decubierto durante la caminata. Lamentablemente, a donde debía dirigirme era a mi puesto de trabajo. Mierda. No es que se pierda nada importante, pero sí pasó el momento de decir lo que necesitaba, de expresar algo que, de otra forma, queda enquistado en el alma. Porque, sí, las palabras que no salen se enquistan, y dan lugar a dolores y malestares varios, del tipo que sean.
Fue entonces, durante ese fin de paseo marcado por el pesado reloj laboral, cuando pensé que, al menos, debía escribir en mi abandonado blog la precaria reflexión que inmediatamente pasó por mi cabeza. El trabajo mata la creatividad, sea del tipo que sea. Y lo cierto es que, para no permitirlo, voy a intentar empezar de nuevo con esto, con una de esas pequeñas cosas que me hacen sentir tan bien. Como terapia, como desahogo, como lo que sea. Pero escribir. porque sí.
5 comentarios:
JOlines niña, leyéndote parecía que me estaba leyendo a mi misma y escuchando mis pensamientos, porque no hace nada que yo pensaba lo mismo, exactamente lo mismo porque hace mucho que ya no escribo en mi blog, y no será por falta de cosas que contar, hace mucho que ya no escribo en mi libreta que se está llenando de mil papeles que ya no tienen sentido si no llevan su comentario al lado, o de las cosas que neceisto decirme a mi misma, y que antes escribía y releía; ahora sólo escribo cosas que no significan nada, porqué qué significa para mi un poder para abrir una cuenta bancaria o para comprar unas acciones, nada, todo lo que se me queda dentro es lo que sí significa. pues me has animado, voy a quitarle el polvo a serendipy, y a intentar buscar un hueco para él, para mi misma. cÓMO ESTÁS??? CÓMO ESTÁIS? Milin tampoco escribe. Un besazo grandoteeeeeeeeeeeeee
El trabajo mata. En general.
Celebro tu decisión de escribir más, que últimamente estáis todas de un parao... :P
bss (y nos vemos en unas horitas en el Sidecar!!)
bieeeeennnnn
Es que hace TANTO calor...
Pues a mí, mi trabajo no me mata. A mí me encanta; creo en lo que hago y en lo que puedo conseguir. Ir a la Universidad, dar clases, hacer la tesis, aprender, debatir de derecho penal.
Yo me siento útil con mi trabajo, y por eso me gusta...mejor que estar mano a mano en mi casa, limpiando o poniendo lavadoras, mejor que no trabajar...pero esto, como todo en esta vida, es una cuestión de opción personal.
María, animate con tu trabajo...es tu proyecto ilusionante que comenzaste con ganas e ilusión...ánimate!!!!
Muchos besos,
Ana
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