viernes, 27 de julio de 2007

Desvaríos desvariados

Las palabras se atropellan en el teclado sin terminar de salir. No quieren hacerlo, ellas también tienen calor. Como mi cabeza, que no encuentra el modo de refrigerar tantos caóticos pensamientos. Días inciertos, incoherentes, incendiarios. Días de altibajos, de cansancio, de reencuentros reencontrados. Días de noches, de sonrisas y risas, de contigo y sin ti, de con todos ellos. Días de sorpresas, de besosmuchosbesos, de te quiero tanto. Días de alegrías, de amaneceres, de cambios. Cambios, cambios, cambios... ¿cuándo terminarán los cambios? Cambios, necesito cambios. Los anteriores me han dejado tan extasiada que necesito algunos nuevos. Cambios sin rumbo, ¿hacia donde voy?, ¿hacia donde vamos? (todos) Locura. Pese a cualquier pronóstico, la estabilidad no conlleva estabilidad. Descanso. Extiendo las alas y no vuelo porque no quiero. Sólo descanso. Y miro al cielo que no es de hoy, sino de hace tanto tiempo... (¿puede una semana ser tanto tiempo?) Puentes con forma de semáforo, para cruzar la ciudad de tejado en tejado, en vez de por el asfalto que pisan los pies que no vuelan. Que no vuelan porque no sueñan, no porque no quieran. Madrid. Tan lejos y tan cerca de ese Madrid que se vacía de golpe para llenarse de noche. Noche. Me muero por comerte esta noche. Y el mar va y viene, como ocurre con casi todo casi siempre. Nunca. Opuestos necesarios y complementarios. 8. Bingo.

1 comentario:

Lundra dijo...

Todo va y todo viene, se aleja, y en algún momento de la vida vuelve. Los cambios son adictivos, a cambios gigantes siguen, como en los terremotos, réplicas más pequeñas, los necesitamos, la adrenalina, el cansancio, la incertidumbre, buscamos una estabilidad que no queremos, porque la estabilidad es aburriento, la monotonía, y eso tampoco nos gusta, y necesitamos los cambios para avanzar, para crecer, para ir un poco más allá. bsssssssss