Avisando pedidos ajenos, tropiezo con "Fotopoemario". Es para una tal Arantxa que no conozco y, quizá, el libro sea el libro que regale a alguien especial por primera vez. O no. Pero yo ya puedo imaginar cómo es, qué ropa le gusta, o qué siente cuando intenta no sentir. Sí, no sé cómo lo he dudado, va a regalarlo. Aunque no puedo vislumbrar bien a quién. Da igual, ¿qué importa? A estas alturas ya tengo claro que el día empieza a echarse a perder, sobre todo cuando el nudo se instala en ese hueco asfixiante del estómago, recordando que aún guardo lágrimas de sobra. Y tú me hablas de tristezas que ya no son nuestras, ni mías, ni casi tuyas. Ahora ya sí, hoy no hay nada que hacer. La lluvia es tan incómoda como los recuerdos, y ambos regresan juntos. Y
este frío de invierno precipitado, y este gris de un cielo que ya no es
noche sino gris, y este estúpido desánimo de cansancio sin sueño. No, así no.